El Parque Nacional de Timanfaya es una extensión que llega hasta la misma costa, por lo que a pesar de su condición física, extremadamente difícil para la fauna y flora, es una excelente zona para el estudio de los procesos de colonización y evolución de la vida.

En cuanto a la flora, no existe presencia arbórea aunque se dan algunas plantas crasas como el Corazoncillo, Verol Dulce, Ramalina, Salado Blanco, Berode o VerolTojío, siendo sin duda el líquen el protagonista superviviente en estos paisajes, existiendo cerca de 200 taxones diferentes.  

El Parque Nacional es además una ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves). La fauna va desde el masivo flujo de aves migratorias a las que da cobijo, hasta los peces de su costa, siendo lo más común toda una gama de pequeños insectos.

Dentro de la fauna terrestre vertebrada hallamos la rata negra, la musaraña canaria y el conejo, junto a dos reptiles: el lagarto de Haría y el perenquén o salamanquesa.

De entre las aves migratorias, 22 especies pueden considerarse nidificantes, destacando la perdiz moruna, la tórtola, la lechuza común o el cernícalo vulgar.No podemos olvidarnos de la pardela cenicienta, guirre o alimoche, vieja hembra, halcón tagarote y paíño de Madeira.

En cuanto a litoral, las especies han colonizado más rápidamente, estando dominada por el cangrejo rojo, las lapas, pequeños burgados, estrellas de mar, el pulpo, la sepia, la morena, el policromado pejeverde y la vieja.